Necesidades especiales

Un lugar para Ser

Cada persona llega al agua con su propia historia, su cuerpo, sus emociones, sus límites y sus deseos. No todos partimos del mismo lugar ni buscamos lo mismo. Y está bien que así sea. Sesiones dedicadas a personas con necesidades especiales que necesitan un acompañamiento más individualizado, más sensible, más atento. Porque a veces el agua no es solo un medio para nadar, puede ser un canal de conexión profunda, un refugio y un lugar de transformación.

  • Sesiones de 30 minutos

  • Grupos reducidos (máx. 3 pax)

  • Adaptado a tu lenguaje o ritmo

Natación y autismo -Necesidades especiales

Natación y autismo

Aquí todos los niños son bienvenidos. Tenemos compañeros con síndrome de Down o diversos diagnósticos de autismo. "Necesidades especiales" es sólo una forma verbal de incluirles, porque todos los niños tienen las mismas necesidades: respeto por sus tiempos, cariño y diversión.

Las sesiones no se plantean como una terapia, sin embargo se podría decir que tienen un efecto "terapéutico" pues ayudan a los peques a desarrollar sus capacidades cognitivas y motoras, mejoran su tono muscular, fortalecen su aparato respiratorio, estimulan su propiocepción y facilitan su relajación tras los 30 minutos de agua.

Miedo al agua

Miedo al agua

He acompañado a muchas personas, tanto niños como adultos, que sentían miedo al agua. Y quiero decirte algo importante... ¡no hay nada roto en ti! El miedo es una emoción legítima que merece ser escuchada y abrazada, no superada a la fuerza.

Mi enfoque es totalmente respetuoso, no te lanzo al agua, no te empujo, no te presiono. Simplemente te acompaño desde donde estés, a tu ritmo, y celebrando cada paso que das hacia una nueva relación con el agua. Las sesiones están diseñadas para que te sientas segura, contenido y con libertad para decidir en todo momento.

Nuestros principios y compromisos

  • El Respeto

    Para ayudar a un niño a crecer en el respeto, sólo hay una vía: respetarle. Como individuo libre y único, con sus talentos, sus ritmos, sus deseos y sus circunstancias. Esto se aplica a cualquier edad y condición: todos somos únicos, nuestro valor reside ahí.

  • La Escucha

    Escucha activa del lenguaje verbal y no verbal: aparte de lo que uno dice, su cuerpo expresa lo que las palabras no alcanzan a decir. Dar lugar a lo que un niño está expresando es imperativo si queremos que se sientan libres.

  • La Libertad

    El individuo que se siente libre es capaz de crear. Cuando la creatividad se manifiesta, la energía vital florece. Si esta energía se reprime aparecen los problemas. Libertad y responsabilidad son los objetivos inseparables para Ser todo lo que somos.

  • El Ser holístico

    Cada ser humano es un sistema dinámico compuesto por factores físicos, psicológicos, emocionales y espirituales, que mantienen un equilibrio para garantizarnos el bienestar. Además de la capacidad de relacionarnos con los demás como parte de nuestro entorno vital. Las sesiones acuáticas atienden a todos estos factores.

  • El Juego

    Los niños aprenden jugando. Y los mayores, también. El juego nos coonecta con nuestra emoción primordial, la alegría. La neurociencia ya ha demostrado que el elemento esencial en el aprendizaje es la emoción.

  • La Inclusión

    En las sesiones acuáticas, todas las familias son bienvenidas. El único objetivo es disfrutar en el agua; cuando ésto ocurre, los resultados son asombrosos.

En mi experiencia he tenido el privilegio de trabajar con niños y niñas dentro del espectro del autismo, y también con personas —niños, adolescentes o adultos— que sienten miedo al agua. En ambos casos, el enfoque es el mismo: escucha, respeto y presencia. Aquí no hay programas rígidos ni metas externas impuestas. Solo hay una invitación: entrar en contacto con el agua desde la confianza, desde el vínculo, desde lo que cada uno esté preparado para vivir.

Las sesiones de necesidades especiales se adaptan totalmente al ritmo y al lenguaje de la persona. No importa si ese lenguaje es verbal, corporal o silencioso. Yo estoy allí para observar, proponer, sostener… y celebrar cada pequeño paso, por mínimo que parezca. Porque cuando hay miedo, inseguridad o hipersensibilidad, incluso sumergir la punta de los pies ya es un logro enorme.

Creo firmemente que el agua puede ser sanadora, siempre que esté acompañada con amor. Por eso ofrezco este espacio como un lugar seguro, libre de juicios, donde cada quien pueda experimentar lo que necesite, en su propio tiempo, sin exigencias.

Aquí no trabajamos para corregir a nadie. Trabajamos para que cada persona con necesidades especiales pueda habitarse y sentirse bienvenida tal como es.

Preguntas habituales

El rechazo a meter la cabeza en el agua es relativamente frecuente en niños pequeños, y suele tener su origen en alguna experiencia negativa. Cuando los peques no controlan la apnea, el simple hecho de acercarse a la superficie puede ser suficiente para que les entre agua por la nariz o por la boca cuando están inhalando. Esto, si ocurre de forma imprevista y no se acompaña de manera oportuna, puede crear un rechazo muy grande, incluso una especie de fobia.

Lo primero es no presionar al peque para que "lo intente", ni desacreditar sus sensaciones y su miedo diciéndole cosas como "venga, que no pasa nada", ni compararle con otros niños que sí han aprendido a hacerlo. Después, lo ideal es buscar la ayuda de un profesional respetuoso que pueda enseñarle la técnica, siempre desde el juego, y sin forzar ni asustar al niño/a.