Bebés

De 0 a 24 meses

Acompañar a un bebé en sus primeros contactos con el agua es algo profundamente especial. No se trata solo de sumergirse en una piscina, se trata de crear un espacio de intimidad, de ternura y de juego compartido, donde mamá y papá están presentes no solo con el cuerpo, sino también con el corazón.

  • Sesiones de 45 minutos

  • Grupos reducidos (máx. 6 bebés)

  • Papás y mamás bienvenidos

Actividades acuáticas para bebés 0-8 meses

Bebés 0-8 meses

Durante los primeros seis meses de su vida, el bebé irá controlando los músculos de los ojos, la cabeza, los hombros, los brazos, las manos y por último de las piernas, los dedos y los pies. Irá perfeccionando los reflejos que al nacer le servían para adaptarse al medio.

Actividades acuáticas para bebés 8-16 meses

Bebés 8-16 meses

Cuando la motricidad del bebé le permite empezar a moverse por su cuenta, y a partir de la dentición, otros cambios llegan también al desarrollo intelectual del bebé, que progresivamente se va alejando del mundo de las sensaciones en el que se basaba anteriormente.

Actividad acuática para bebés 16-24 meses

Bebés 16-24 meses

En el aspecto motor, el bebé se está transformando en un niño correteador. Cuando llegan al medio acuático controlando la marcha en tierra, su proceso de adaptación será diferente, ya que tendrán que redescubrir cómo usar sus piernecitas en el agua, que no ofrece nunca un apoyo estático como el suelo.

  • Los bebés y los niños son felices... nadie llora

    El principio básico es el respeto y no hay nada obligatorio

  • Los bebés pueden entrar con papá y mamá

    Siempre que quieran hasta los 2 años

  • Los niños pueden entrar acompañados a cualquier edad

    Con un sólo adulto a partir de los 2 años

  • El enfoque es individual, no hay "niveles"

    Gracias a que los grupos son reducidos

  • No hay prisa, y por tanto, no hay presión

    Por eso los resultados llegan sorprendentemente rápido

  • Por supuesto que hay objetivos ¡y muy específicos!

    No se obliga a nadie, pero se guía eficazmente a cada uno

  • Se aprende imitando y jugando

    Así se desarrolla el ser humano naturalmente

  • Se prioriza la responsabilidad y la comunicación

    Es un aprendizaje sobre la autonomía y el respeto mutuo

En estas sesiones no buscamos que los bebés "aprendan" algo en particular, sino que puedan sentirse seguros, sostenidos y felices, mientras exploran con curiosidad este nuevo medio que tanto se parece al vientre materno. La propuesta está diseñada por etapas, respetando siempre el momento de desarrollo en el que se encuentra cada peque. Porque no es lo mismo un bebé que apenas empieza a mover los bracitos que otro que ya gatea o camina con soltura.

A medida que crecen, sus necesidades cambian, su percepción del entorno se transforma, y también lo hace la forma en la que se relacionan con el agua. Por eso, cada grupo tiene su propio ritmo, sus juegos, sus músicas, sus formas de tocar y de estar. Durante las clases, soy testigo de escenas hermosas: miradas que se encuentran, risas que brotan sin motivo, abrazos que duran más de lo habitual, llantos que también se permiten, porque aquí todo lo que trae el bebé es bienvenido.

Mi papel es facilitar, proponer y sostener. Nada se impone, nada se fuerza. Escuchamos al bebé, observamos sus señales, y vamos a su ritmo. Y lo más bonito es que, cuando mamá o papá se relajan y disfrutan, el bebé lo siente, lo copia, lo integra. Las neuronas espejo hacen su magia.

Estas sesiones son un regalo, no solo para el desarrollo físico del bebé, sino también para el vínculo familiar. Un espacio de presencia compartida, sin pantallas, sin prisas, sin expectativas. Solo agua, cuerpo, amor y presencia. Si estás buscando una actividad que nutra a tu bebé en todos los planos y que al mismo tiempo te regale momentos inolvidables a su lado, esta propuesta puede ser justo lo que estás buscando.

Preguntas habituales

Los bebés están diseñados para poder ir al agua en cuanto nacen. ¡De hecho, es para ellos más natural el medio acuático, después de 9 meses de vida en el líquido amniótico! Lo que debemos tener muy en cuenta es a qué piscina vamos a llevar al bebé, y más en concreto, las condiciones higiénico sanitarias y las temperaturas, tanto del agua como del ambiente y de los vestuarios.

Si las condiciones son idóneas, en esta escuela puedes empezar desde el segundo mes de vida del bebé: la adaptación al medio acuático no se verá interrumpida por esos meses de vida "en seco2, en los que el bebé comienza a moverse y a usar su peso "con gravedad".

Le darás también la oportunidad de moverse en el agua, utilizando su cuerpo de una manera diferente e incorporando todas esas sensaciones motoras a su registro desde el comienzo. Su estructura cerebral se desarrollará entonces de otra manera. Es como cuando un bebé crece desde el comienzo con dos idiomas "maternos" y se hace bilingüe.