Clases personalizadas
Actividad acuática para familias o grupos
Sesiones con una amplia variedad de ejercicios y técnicas que invitan a explorar el agua desde la alegría y el descubrimiento. El grupo se convierte en un espejo que refleja nuestras fortalezas y nos reta a superar bloqueos, fomentando la sensación de seguridad y el arte de aprender en comunidad.
Sesiones de 45 minutos
Actividades a vuestra medida
No hace falta saber nadar
En las clases familiares o grupales he descubierto un espacio enriquecedor y vibrante donde el aprendizaje y el bienestar se potencian a través del encuentro. Me encanta ver cómo la energía colectiva de un grupo crea un ambiente de colaboración y crecimiento, haciendo que cada sesión se convierta en un ritual de conexión, tanto con el agua como con los demás participantes.
Cuando reúno a un grupo, comienzo compartiendo un momento de diálogo para conocer las inquietudes, expectativas y aspiraciones de cada persona. Ese primer contacto me permite diseñar una clase personalizada con actividades que atienden a las necesidades individuales, respetando el ritmo propio de cada uno, pero integrándolos en dinámicas que fomentan el compañerismo y la motivación colectiva. En este espacio, cada movimiento cuenta, cada risa y cada pequeño avance se celebra en conjunto, creando un ambiente en el que todos se sienten inspirados y apoyados.
Durante las sesiones, empleo una variedad de ejercicios y técnicas que invitan a explorar el agua desde la alegría y el descubrimiento. El grupo se convierte en un espejo que refleja nuestras fortalezas y nos reta a superar bloqueos, fomentando una sensación de seguridad que se amplifica en la presencia de otros. En el calor del agua y en el ritmo compartido de la respiración, noto cómo se tejen vínculos auténticos y cómo cada persona se conecta, no solo consigo misma, sino también con el otro, generando una atmósfera transformadora y profundamente humana.
El valor de las clases familiares o grupales reside en ese intercambio dinámico y en el arte de aprender en comunidad. A través de este método, descubrimos que el agua es un gran contenedor de emociones y posibilidades, capaz de abrirnos a nuevas formas de vernos y de relacionarnos. Para mí, cada sesión grupal es un recordatorio de que, cuando nos apoyamos mutuamente, cada brazada se convierte en un paso hacia el autoconocimiento y el bienestar compartido.
Preguntas habituales
Para nada. No es necesario saber nadar porque se hace pie en toda la piscina.